De todas las presiones de variado tonelaje que suelen rodear los trabajos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, puede que las que más irriten a su cúpula militar sean las especulaciones políticas sobre el relevo en la jefatura.
Este martes no va al orden del día del Consejo de Ministros ascenso alguno al empleo de general de la Guardia Civil, el proceso que podría abrir la espita para cambios en la UCO, ni en el instituto armado prevén inminencia de este tipo de nombramientos, pero eso no apaga las ascuas sobre un relevo que, de producirse, tiene un horizonte máximo de febrero de 2026, calculan fuentes del Cuerpo.
Desde mayo pasado, el Partido Popular denuncia maniobras del Gobierno y del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para hacer cambios en la escala de mando de la UCO con el fin de maniatarla cuando investiga casos clave para el Gobierno: la supuesta corrupción de José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García; las actividades privadas de la esposa del presidente del Gobierno y del hermano de este; el proceder del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz… El pasado día 7, en el Senado, el senador popular Fernando Martínez Maíllo atribuyó a Marlaska la intención de “hacer cambios” en la UCO. A finales de junio, en el Congreso, la portavoz popular para temas de Interior, Ana Vázquez, fue más rotunda al exigirle al ministro: “Saque sus sucias manos de la Guardia Civil”.
Marlaska tildó entonces de “fango y mentira” esas acusaciones, y en esta última ocasión ha sacado el recuerdo de la “policía patriótica” montada bajo gobiernos de Mariano Rajoy para defenderse de esa acusación.
La sospecha del PP colea desde primavera, pero no se materializó en agosto pasado, la última vez que el Gobierno llevó al Consejo de Ministros un ascenso a general de la Guardia Civil. No fue el del coronel jefe de la UCO, Rafael Yuste, sino de Antonio Orantos, que dejaba como coronel la jefatura de la comandancia de Cantabria para pasar a ser, como general de Brigada, jefe de zona de Aragón. Hay que remontarse en el calendario hasta octubre de 2024 para encontrar otra ocasión en que el Gobierno llevara al Consejo de Ministros otros ascensos al generalato del Cuerpo.
Número 1
La UCO es hoy el punto más caliente de la Guardia Civil, y sus mandos, el vértice sobre el que gira esta tensión política recurrente, que aparece desde que el coronel Yuste acabara el curso de general. “La especulación solo hace daño a los implicados”, dice un alto oficial del instituto armado ya fuera de esa unidad. Se refiere a un principio no escrito de la vida militar, según el cual, si uno es coronel y su nombre entra en el grupo de los candidatos a general, cuando más se hable de él -pese a que el candidato no se haya postulado lo más mínimo- más se estropean sus posibilidades de ascenso.
La otra razón que tiene para sostenerlo es que, dada la tensión que rodea al tema, si Yuste asciende a general y deja el puesto, cualquiera que finalmente sea promovido a nuevo coronel jefe de la UCO en plena tormenta, inexorablemente será presentado por alguna bandería política como hombre próximo al Gobierno. “En esta casa estamos acostumbrados a la presión mediatico-política, va en el sueldo y se trabaja sin hacerle caso… pero eso no implica que estas cosas no molesten mucho”, explica un veterano de la UCO en activo.
Rafael Yuste Arenillas es un miembro brillante de su promoción. Es número 1 en el escalafón de coroneles y pasó con el número 1 el curso de ascenso a general -que convoca Defensa- tras seguirlo entre los pasados enero a marzo. Es por tanto claro candidato al generalato de la Guardia Civil, un club muy pequeño: solo hay 38 miembros, entre generales y tenientes generales.
El Gobierno tiene en sus manos la palanca que desencadenaría, por fuerza de gravedad, el cambio en el mando de la UCO: un general no debe desempeñar la misión de un coronel, luego Yuste dejaría su actual puesto, quedando vacante de un puesto clave en las investigaciones judiciales en torno al Gobierno. El OK a un ascenso a general de cualquier rama de las Fuerzas Armadas es una prerrogativa del Ejecutivo que se lleva a Consejo de Ministros una vez consensuados los nombres, en el caso de la Guardia Civil, entre Interior y Defensa.
La palanca
Marlaska puede desencadenar el cambio, o no, según lo precise. No lo hizo en agosto pasado, última ocasión de ascensos al generalato. No tiene Yuste por qué ascender necesariamente ahora, aclaran las fuentes consultadas: de hecho, un coronel que ya ha superado el curso de general puede ser evaluado hasta cuatro veces antes de que su nombre sea elevado al Consejo de Ministros. Además de las evaluaciones de la promoción de Yuste hay candidatos a generales de otras tres promociones pendientes de evaluación.
El ascenso a general de la Guardia Civil es más complicado que en el resto de las Fuerzas Armadas. Influye no solo lo acotado del generalato, con menos de 40 miembros, también la cualificación táctica de las plazas. Se han abierto ahora dos vacantes en el generalato del instituto armado, pero se puede desplazar a otros generales en activo a esos huecos generando vacantes distintas.
Yuste, como cualquier candidato a general, ha de ser evaluado por el Consejo Superior de la Guardia Civil, que elabora una lista y un informe para la directora general, Mercedes González. Ella, a su vez, hace una propuesta que se eleva a Interior. “El problema que tiene el Gobierno es que, si asciende a Yuste, parecerá que lo neutraliza; y si no lo asciende para que continúe al frente de la UCO, se le castiga privándole de una promoción que merece”, explica el alto oficial.
100 candidatos
La palanca del ascenso de Yuste a general activa a su vez la del relevo al frente del mando operativo de la UCO. Aunque el puesto de coronel jefe -que es de libre designación, como los de todos los jefes de unidades- podría quedar vacante durante algunas semanas, o cubierto por un coronel en comisión de servicio, “en esta unidad los cambios se hacen rápido: a rey muerto, rey puesto”, explica el miembro de la policía judicial de la Guardia Civil, que alude a una doctrina militar según la cual nadie ha de ser imprescindible en su puesto. Esa doctrina sin embargo, no parece aplicable al caso del oficial en el centro de las investigaciones del caso Koldo, el teniente coronel Antonio Balas, contra el que dirigía una supuesta operación de descrédito -aún sin trascender en todos sus términos- la fontanera socialista Leire Díez.
Lieutenant Colonel Antonio Balas commands the economic investigation area of the UCO, and is the officer against whom the socialist plumber Leire Díez was looking for dirt. / Víctor Lerena. EFE
Las fuentes consultadas descartan que Balas vaya a suceder a su jefe, pues “le quedan unos años de teniente coronel”, dice una de ellas. En la elección del nuevo coronel no hay, normativamente, presencia del ministro del Interior… y sin embargo no se concibe sin conocimiento de este. No figura Marlaska en reglamentos, pero sí está en la gestión. Hay un centenar de coroneles de la Guardia Civil. “Para una unidad como la UCO, no se entendería el proceso sin el OK del ministro; pero en el proceso, por supuesto, se escucha la opinión del coronel saliente -explica una de las fuentes ya mencionadas- Y la del jefe que lo integra en su equipo”. Se refiere al general jefe de Policía Judicial de la Guardia Civil, Alfonso López Malo, que llegó al puesto tras ser el director de la investigación de Asuntos Internos en el caso Cuarteles.
Y, claro, esas voces no son las únicas que dan forma a la decisión: no está reglada una consulta con el ministro del Interior para nombrar a un coronel, “pero el ministro y la directora hablan, lógicamente”, explican desde ese ministerio. Un coronel puede pedir la plaza de jefe de la UCO si se abre la vacante y, aunque no haya una lista previa de coroneles candidatos a sustituir a Yuste, no se contempla en la Guardia Civil como viable que Interior vaya a colocar uno que no tenga el plácet del general jefe del área.
Aunque todas las fuentes consultadas niegan que vaya a ser inminente, todos se cuidan en salud para las próximas semanas… incluso metidos en las primeras de 2026. Firmará el nombramiento la secretaria de Estado de Seguridad, Aina Calvo.
A menudo han sido miembros del Servicio (hoy Jefatura) de Información los que han pasado a ocupar el mando operativo de la UCO, y todos esos coroneles hasta hoy han ascendido a generales excepto uno, el coronel Manuel Sánchez Corbí, que vino de Información, de la lucha antiterrorista, mandó la UCO y acabó enfrentado con el ministro en 2018… hasta costarle el acceso al generalato.
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