Hace un año, el Parlament acordó celebrar su propio homenaje institucional a Lluís Companys, el único expresident de la Generalitat fusilado por el franquismo, convertido con el paso de las décadas en un símbolo transversal de todas las fuerzas catalanistas. La voluntad de aquella iniciativa, aprobada por la junta de portavoces en octubre de 2024, era rendirle tributo desde la sede de la soberanía catalana, en un acto independiente del que cada 15 de octubre congrega a instituciones y partidos ante su tumba en el Fossar de la Pedrera, en el cementerio de Montjuïc.
Este 2025, cuando se cumplen 85 años de su asesinato, los diputados, encabezados por la Mesa, han dado continuidad a ese compromiso con una ofrenda floral en memoria del que fuera primer president (1932-1933) y el número 123 de la Generalitat (1933-1940). El acto se ha celebrado este miércoles al mediodía, durante la pausa del pleno, en el patio de la biblioteca de la Cámara, ante la escultura ahora reubicada de Lluís Companys, del artista Manel Álvarez.
Han acudido buena parte de los consellers, que se han situado justo al lado de Lídia Jiménez, la nieta de Companys, quien hace pocos días urgió al Gobierno a restituir los bienes incautados por el franquismo en una entrevista con EL PERIÓDICO. No ha hecho acto de presencia, sin embargo, el president de la Generalitat, Salvador Illa.
Tampoco han participado todos los partidos, aunque sí su gran mayoría, salvo el PPC y Vox. De hecho, el partido de extrema derecha presidido por Ignacio Garriga ha tratado de boicotear el acto colocando carteles de ‘Lluís Companys asesino’ en las ventanas de sus despachos, que dan al patio donde se han congregado los asistentes.
La ceremonia ha estado presidida por el presidente del Parlament, Josep Rull, acompañado por el resto de miembros de la Mesa. Durante el homenaje, la actriz Júlia Bonjoch ha leído un fragmento del manuscrito de Carme Ballester, esposa de Companys, en el que relató la detención del expresident y los días posteriores hasta el momento en que conoció su ejecución. La lectura se ha intercalado con la interpretación de dos piezas musicales a cargo de alumnos del Conservatori del Liceu, en un tono solemne y contenido.
La escultura de Álvarez, cedida al Parlament por el Museu d’Història de Catalunya en 2006, fue creada en 2001 y está realizada en acero patinable. Su forma, marcada por líneas tensas y perforaciones, simboliza los disparos del fusilamiento que acabó con la vida del president en el Castell de Montjuïc en 1940. La obra estuvo inicialmente ubicada en el auditorio del Palau del Parlament y más tarde en uno de los patios interiores, antes de ser instalada de manera permanente en el patio de la biblioteca, frente a La pietat, de Ferran Ventura.
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