El ultimátum de Junts al Gobierno amenazando con retirarle su apoyo si no se desbloquean acuerdos pendientes ha sido respondido por Pedro Sánchez con otra advertencia velada. La de que una ruptura convertiría a la formación de Carles Puigdemont en la responsable de darles las llaves de Moncloa a la derecha y la ultraderecha. Parafraseando el aviso de su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, de que habría llegado “la hora del cambio”, el jefe del Ejecutivo ha replicado que “cuando hablamos de cambios, puede haberlos para avanzar o para involucionar, para regresar no una hora atrás, sino 50 años atrás”. En declaraciones a los medios antes de participar en Bruselas en la reunión del Consejo Europeo, Sánchez ha asociado el Gobierno de coalición con el “cambio para avanzar”, situando a Junts en la disyuntiva de apoyarlo o favorecer una “involución como plantean PP y Vox”.
Con una de cal y una de arena, Sánchez también se ha mostrado dispuesto a “cumplir”, aun reconociendo que algunos de los acuerdos “no dependen exclusivamente del Gobierno”. Concretamente, según enumeró, en lo referente a la oficialidad del catalán en la UE, por la falta de consenso entre los Veintisiete, o la delegación de competencias en inmigración, por la falta de mayorías en el Congreso. Con todo, aseguró que “estamos haciendo ese trabajo” y pidió paciencia frente a los ultimátum porque “exige tiempo, dedicación y esfuerzo”.
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