El Gobierno sigue intercambiando documentación con la Generalitat para acercar posturas sobre la financiación singular de Catalunya, mientras que con ERC se han enfriado las conversaciones. Las diferencias respecto a la propuesta de los republicanos para la cesión integral de la gestión del IRPF persisten. Tanto es así que desde Hacienda aparcan esta vía para apostar por una reforma del modelo de financiación autonómica. “Completa”, adjetivan fuentes del ministerio para hacerla extensible a todas las comunidades autónomas. “La propuesta que vamos a presentar”, añaden, “es una reforma de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas) completa”.
Se trata de un empeño personal de la vicepresidenta primera María Jesús Montero, que pretende dejar encauzada la renovación del sistema de financiación antes de abandonar el Gobierno para ser la candidata del PSOE a las elecciones andaluzas. En su equipo aseguran tener ya construido el “esqueleto” de su propuesta. Para ello, desde el Ejecutivo reconocen que “cualquier propuesta de modelo de financiación debe tener consenso”. Esto implica que además de la bilateralidad con la Generalitat, o un hipotético acuerdo con los republicanos, un salto en este sentido deberá ser aprobado de manera multilateral en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
El discurso del “agravio” que se agita desde las comunidades gobernadas por el PP ante el compromiso entre el Gobierno y la Generalitat para la financiación singular, sobre todo en Andalucía ante su horizonte electoral, pesa en la candidatura de Montero. No en vano han endurecido su discurso, para confrontar contra el “cupo” que asocian a las pretensiones tanto de ERC como de Junts.
“El cupo catalán no lo compartimos y el PSOE nunca ha dicho que ese sea el modelo”, zanjan los socialistas. Su intención pasa por un modelo que beneficie a todas las comunidades autónomas y que compatibilice singularidades con solidaridad. Se trataría de darle la vuelta a esta debate para convertirlo en un modelo que generalice el aumento de recursos a las comunidades peor financiadas. Como se hizo con la quita de la deuda, pactada con ERC y que luego se extendió al resto de comunidades.
En Hacienda, sin embargo, reconocen que no están encontrando un interlocutor en Génova para abordar esta reforma y que dentro del propio PP no hay consenso entre sus líderes territoriales para una propuesta común. El Ejecutivo había amagado con tirar la tolla ante la falta de consenso y había rechazado tomar la iniciativa sin antes llegar a un preacuerdo entre los dos principales partidos. Su comodín es que la alternativa que pongan sobre la mesa seduzca a los socios y a presidentes autonómicos para obligar al PP a posicionarse y que una hipotética negativa suponga renunciar a una mejora de la financiación. “Si el modelo que planteemos recibe apoyos tendrán que pensárselo”, confían en Moncloa.
La condición para los Presupuestos
El presidente del Gobierno trasladó a los empresarios catalanes la pretensión de presentar esta propuesta antes de final de año, pero en Hacienda son más cautos con el calendario a la espera de cómo evolucionen las conversaciones con los grupos parlamentarios y los territorios. Para ERC es una línea roja avanzar en el compromiso sobre la financiación singular, que pactó a cambio de la investidura de Salvador Illa, para sentarse a negociar los Presupuestos de 2026.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, avisaba una entrevista con EL PERIÓDICO que “tenemos toda la predisposición y voluntad de llegar a acuerdos en materia presupuestaria, pero es imprescindible que los presupuestos sean buenos y, para que sean buenos, hace falta modelo de financiación y recaudación del IRPF”. La propuesta de financiación urge así para encajar el acuerdo para la financiación singular de Catalunya pactada con ERC y allanar su apoyo a las cuentas públicas.
Resistencia a la ordinalidad
El Govern también presiona en este sentido y recientemente el Parlament ha convalidado un decreto con rango de ley para robustecer la hacienda catalana de cara a la pretensión de recaudar todos los impuestos, comenzando por el IRPF, en el marco de la financiación singular. En el debate de política general también se aprobaron varias resoluciones instando al Gobierno central a dar pasos y agilizar las reformas necesarias para financiación catalana.
En el Ejecutivo ponen el foco en algunos de los principios del acuerdo sellado el pasado mes de julio con la Generalitat, como es el caso de la “suficiencia financiera”, para que sean todas las comunidades autónomas las reciban más recursos, o el equilibrio entre compaginar el marco bilateral con el multilateral. A lo que evitan aludir y dejan en el aire es al principio de ordinalidad, para que las comunidades que más aportan no desciendan por debajo de su posición en el ranking de lo que reciben. Una cuestión que tanto para ERC como para el propio PSC debe incluirse en el nuevo modelo.
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