Europa está siendo un analgésico para el Celta. Ese alivio para los dolores de cabeza que está suponiendo lograr la primera victoria en LaLiga. Los celestes se impusieron esta noche a un Niza que vendió muy cara su derrota (2-1) pese a jugar más de medio partido en inferioridad. El Celta se impulsa en la clasificación con seis puntos en tres partidos —se colocan novenos— en el día de Iago Aspas. La leyenda de Moaña, que hoy superó a Manolo como el futbolista que más veces ha vestido la camiseta azul cielo, abrió el marcador y volvió a ser el referente que guió a sus compañeros después del empate de rival.
Lo primero que hizo fue marcar un golazo. Todavía estaban algunos aficionados buscando su butaca en la grada cuando el capitán recogió un rechace en la frontal y disparó a la esquina de la portería. Nada pudo hacer Diouf por evitar el segundo tanto del gallego en esta Europa League. No había hecho merecimientos ninguno de los dos equipos y el Celta ya estaba por delante.
Pero el Niza tardó muy poco en opositar al empate. Impuso su físico en cada duelo y asumió el peso del juego. Al cuarto de hora Mohamed-Ali Cho, el ex de la Real Sociedad, ganó en carrera a Marcos Alonso y definió de manera impecable ante Radu, que fue clave instantes después para sacar un remate de Abdi, inexplicablemente solo en el área pequeña tras una falta lateral. Cada jugada de estrategia del Niza fue un calvario para los vigueses.
Todo cambió a la media hora. El Celta recuperó el control y Bryan Zaragoza, hoy titular y muy incisivo por la izquierda, forzó la primera amarilla de su marcador, Jonathan Clauss. El capitán del Niza, ya amonestado, midió mal ante Carreira poco después y dejó a los suyos con diez en el minuto 37. Condenó al Niza a defender. Pero defendió bien.
Un disparo de Miguel Román que acarició el palo fue el prólogo del asedio asfixiante al que iba a someter el Celta a los franceses en la segunda mitad. Primero entró Borja Iglesias y le siguieron Javi Rueda, Mingueza y Sotelo. Los de Claudio Giráldez se instalaron en los últimos treinta metros del campo y generaron ocasiones prácticamente cada minuto. Pero los galos aguantaban. Bryan Zaragoza, en su mejor noche desde que llegó a Vigo, se hartó de encarar y poner balones peligrosos. También Borja, que desvió un remate de Marcos Alonso contra el palo. Se impacientaba Balaídos porque el muro del Niza se mantenía en pie. Hasta que Alonso filtró un pase interior al Panda, que remató con la zurda, provocó una carambola que terminó dentro tras rebotar contra un central.
Los tres puntos parecían a salvo. Sin embargo, el Celta siempre encuentra la manera de complicarse. El cuadro celeste tuvo que evitar que el Niza volviese a empatar en una sucesión final de córners. Europa ha reanimado otra vez a los de Giráldez, que cogen aire y confianza de cara al partido del próximo domingo en Pamplona y dejaron en bandeja la fiesta a Balaídos para celebrar los 534 partidos de Iago Aspas con un emotivo espectáculo de drones que repasó su carrera.
El homenaje provocó las lágrimas de muchos aficionados en el estadio e incluso de Iago Aspas, que cerró la velada micrófono en mano: «Aunque parezca una despedida, aún me quedan seis o siete meses de contrato y muchos partidos que seguir disfrutando».
«Ni en mis mejores sueños soñé con estar aquí 534 partidos, ni siquiera con debutar en Balaídos. Tengo mucha suerte, tengo una familia maravillosa. Y mis padres, que están aquí en Balaídos. Se puede ver todo el esfuerzo que hicieron para que yo pudiera llegar al Celta de niño y poder disfrutar cada domingo aquí», prosiguió el morracense.
