El Atlético de Madrid tendrá muchos defectos, pero una de sus numerosas virtudes es la persistencia. Es innegable que el equipo de Diego Pablo Simeone nunca baja los brazos. Por muy mal que pinte el partido, los rojiblancos acostumbran a dar la cara hasta el final. Es la regla número uno del ‘cholismo’.
A los rojiblancos les bastó un tanto -regla número dos- de Thiago Almada para derribar la muralla romana de Alessio Lisci, técnico de Osasuna. En un partido espeso, donde los únicos chispazos corrieron a cargo del de siempre, Julián Álvarez, el Atleti aguanta el pulso al Barça y duerme en zona Champions, a tres días de visitar al Arsenal en Londres.
Inicio polémico
Juraba en arameo Simeone. Gesticulando de forma vehemente, echándose las manos a la cabeza y calificándolo de “vergüenza” entre dientes. No le faltaba razón, esta vez, al argentino. De Burgos Bengoetxea, chivado por Figueroa Vázquez desde el VAR, anuló un gol primerizo de Álex Baena por una pantalla de Griezmann sobre Boyomo. El francés partía en fuera de juego. Sí. Pero la incidencia fue mínima en la acción.
The VAR annulled Baena’s 1-0 / EFE
Se incendió el Metropolitano con la decisión arbitral y el Atlético se vino arriba. Los colchoneros rozaron el 1-0 en una combinación entre Barrios y Griezmann, que armó la zurda con rapidez. Igualmente rápida fue la reacción de Sergio Herrera, tentado a vencerse a su izquierda y optando por una manopla de derechas para frustración del ‘Principito’.

Koke protests De Burgos Bengoetxea’s decision / EFE
Osasuna aguantaba el chaparrón, 71% de posesión local, y se encomendaba a Víctor Muñoz para generar incertidumbre. Muy activo el ex del Real Madrid, vertical y con facilidad para cambiar de dirección en carrera. La más clara de los rojillos -de verde en Canillejas por coincidencia cromática- llevó la firma de Lucas Torró. En una acción de laboratorio, el centrocampista le comió la espalda a Barrios y se topó con Oblak, agigantado en el segundo palo.
La primera parte dio para muy poco más, salvo un par de acciones de Baena y Julián bien salvadas por Herrera. La lesión muscular de Rosier y una conmoción de Nico González tras un impacto de cabeza con Torró rompieron el ritmo trepidante.
Simeone mueve el avispero
El 5-4-1 de Alessio Lisci se le hizo bola al Atleti. No encontraban espacios los rojiblancos en el tercio decisivo. Las ayudas navarras mantenía a raya la clarividencia de Barrios, Baena y un Julián incrustado casi de mediapunta, ya con el gigantón Sørloth en el campo. El argentino pisó área en un balón filtrado por Llorente, pero Herrera evitó la alegría de la ‘Araña’ sacando un pie de balonmano. El internacional albiceleste, con total libertad de movimientos, amenazaba a renglón seguido con un centro medido para Sørloth que el noruego cabeceó por encima del travesaño.

Julián Álvarez, in action during the match against Osasuna / EFE
El ‘Asadito mecánico’
El cántaro se rompió superado el minuto 70. Giuliano Simeone, torpón hasta ese momento, le hizo un traje a Bretones en velocidad y cedió para que Thiago Almada metiera el interior de su bota izquierda para amansarla en la red. La conexión argentina carburó. Jan Oblak, evitando el empate de Budimir, y la racanería ‘cholista’ con el 1-0 hicieron el resto.