El Barça Atlètic buscaba, en un gran momento, su quinta victoria consecutiva, mientras que el Atlètic Lleida no había estrenado todavía su casillero de triunfos. Pero en fútbol, como dice el tópico, no hay nada escrito de antemano y los ilerdenses, que completaron un gran partido y fueron capaces de resistir más de media hora con un futbolista menos, sumaron los tres puntos en el Camp d’Esports. Y eso que el extremo del filial Sama Nomoko completó una actuación prodigiosa que agranda las enormes expectativas que ya se tenían depositadas en el canterano de 17 años. Se hartó de poner centros uno detrás de otro, de combinar con peligro y de sembrar el pánico en el público local, pero algunas veces porque no encontró rematador y otras por las grandes paradas de Pau Torres, la exhibición no tuvo el premio de un mejor resultado.
Desde el primer momento se apreció a un Barça Atlètic incómodo y aunque no debe servir de excusa para un filial con mucho más presupuesto y potencial, lo cierto es que el estado del terreno de juego no permitió a los de Juliano Belletti practicar su habitual fútbol. Los de Gabri empezaron fuertes y a los diez minutos se adelantaron en el marcador con el primero de los dos goles de Moró Sidibe, que aprovechó un error defensivo de Alexis Olmedo para cruzar el balón en la desesperada salida de Emilio Bernad.
Conexión Sama-Barberá
Pronto empezó el ‘show’ de Sama Nomoko. Primero Ureña y después Barberá no lo aprovecharon. En la otra portería, Bernad se lució a un disparo de Sule. El partido fue un sinfín de ocasiones y en el 37′, Barberá logró marcar el gol del empate, cómo no, a asistencia de Nomoko. Remató el ‘killer’ azulgrana con un sutil toque, muy colocado.
Acabó con mejores sensaciones el primer tiempo el Barça Atlètic, pero el inicio de la segunda mitad fue arrolladora del Atlètic Lleida. Solo arrancar, el recién entrado al césped Bilal marcó de gol olímpico.
Y casi lo repite minutos después. Esta vez, Bernad desvió como pudo, el balón le llegó a Campins, que la envió al palo y en el rechace, marcó Moró Sidibe de chut raso. Entrar sin la concentración suficiente al campo le iba a costar muy caro al Barça Atlètic.
Y eso que a falta de media hora, Ureña marcó el segundo tras dejársela de vaselina Barberá y conectar un potente chut. Campins solo pudo frenar a Nomoko con falta y el Atlétic Lleida se quedó con diez en el 65′, pero los locales aguantaron las continuas embestidas por la derecha de Sama y un añadido de ocho minutos. Shane Kluivert la envió al palo y tuvo la última, pero no llegó por poco. Una derrota que pocos esperaban.