El fútbol se va modernizando poco a poco, pero es el deporte que seguramente haga los pasos más lentos en cuanto a la inclusión de la tecnología y nuevas modalidades, así como en la inclusión femenina en el primer nivel. La irrupción del Barça femenino parece que ha dado un impulso necesario de la disciplina, aunque en otras como el tenis o el baloncesto hace más tiempo que se tienen en cuenta a las mujeres.
Manuela Nicolosi, de 45 años, es una árbitra profesional con más de 200 partidos entre el fútbol masculino y femenino de primer nivel, participaciones en los Juegos Olímpicos y finales de Mundial femenino, además de una de las asistentes en la final de la Supercopa inglesa masculina entre Liverpool y Chelsea en 2019.
En el pasado, Nicolosi fue advertida para que moderara su apariencia por “atraer demasiada atención” de los jugadores, como explicaba al medio ‘Quotidiano Sportivo’ en Italia.
Además, su aspecto físico dice que le impidió ascender de la Serie C a la Serie B en el pasado y denunciaba que lo hubiera entendido de no superar las pruebas físicas, pero que el hecho que no subiera de categoría por ese motivo, según su parecer, casi le hace rendirse.
Tras eso, dejó el país: “Me fui de Italia a los 20 años porque me di cuenta de que no querían árbitras. Te dejaban llegar a cierto nivel, el regional, y luego te ponían trabas en todos los sentidos”, añadía.
French referee Stephanie Frappart (R) smiles next to assistant referee Manuela Nicolosi after the 2019 UEFA Super Cup football match between FC Liverpool and Chelsea at the Besiktas Park stadium in Istanbul. / AFP
Comentaba que incluso una vez fue acosada por un futbolista, aunque aseguraba “no querer hablar de ello” y no reveló ningún nombre: “Pasó (que los jugadores se insinuaran), pero nunca cedí. No soy del tipo que sueña con comprometerse con un futbolista“, revelaba Nicolosi.
Ahora, años después se centra en su rol como árbitra en la Kings League en Italia, alejada del fútbol profesional y de las miradas de los futbolistas interesados en ella. Ahora ya no escucha comentarios sexistas, ni nada que le perturbe como sí que lo hacía en los campos de Italia y Francia, donde también arbitró después de salir de Italia en busca de un sitio donde le dejaran avanzar en su carrera.
Pese a ser la única integrante femenina, asegura que se “siente como en casa” y le gusta poder interactuar directamente con el público, pese a que hay ciertos cambios en la velocidad del juego a los que ha tenido que hacer frente.
