En todas las listas de consejos y recomendaciones antes de viajar en coche aparecen los neumáticos.
No es por pesadez, es por realidad: al estar en contacto directo con el asfalto, el estado de las gomas puede interferir directamente con la seguridad vial. Vamos, que unos neumáticos estropeados pueden llegar a causar un accidente.
Aunque no hace falta ponerse en lo peor para cambiar los neumáticos del coche cuando sea necesario, solo hace falta pensar en la multa que nos pueden poner.
Multa y retención del coche
La multa por llevar los neumáticos en malas condiciones es de 200 euros por cada una de las ruedas. Es decir, no cambiar los neumáticos cuando toca nos puede costar la friolera de 800 euros.
Pero es que, además, si las gomas se encuentran en muy mal estado, tanto que los agentes de tráfico consideren que suponen un peligro para la circulación y otros conductores, estos pueden acabar reteniendo nuestro coche. Ahí el problema no es solo la multa, también es el inconveniente y el gasto de tener que ir a recoger el vehículo al depósito y llegar hasta nuestro destino andando.
Cuándo los neumáticos son motivo de multa
Los motivos, en concreto, por lo que los neumáticos del coche pueden ser la causa de una multa son:
- Un desgaste excesivo. La profundidad de las ranuras de la banda de rodadura no puede ser inferior a los 1,6 milímetros, un límite establecido por el Reglamento General de Circulación. Si el dibujo de tus neumáticos está por debajo, recibirás una multa.
- Daños o deformaciones. Si tus neumáticos tienen cortes, abultamientos, grietas o deformaciones que puedan comprometer su seguridad, los agenes podrían sancionarte.
- Neumáticos incompatibles. Los neumáticos son diferentes tamaños y hay que escoger los adecuados para cada vehículos. Montar ruedas que no son aptas para el coche o que no están homologadas será motivo suficiente para recibir una multa de tráfico, además de para no superar la ITV.