Los conjuntos de Míchel son equipos de autor. La pelota es su bien más preciado, y a partir de ahí, intenta dañar al rival. Ha sido con ese estilo tan marcado con el que el entrenador ya luce tres ascensos a Primera en su currículum y, sobre todo, es el gran hacedor de la mayor sorpresa de los últimos años, un Girona que desde Segunda alcanzó la élite en su máxima expresión, para tocar incluso la Champions. Pero no son tiempos de bonanza para el Girona, rival del Real Oviedo el sábado. Tampoco para los azules. El último recibe al penúltimo y lo que en condiciones normales se presume una batalla por la pelota entre Míchel y Carrión en esta ocasión admite matices.
La situación clasificatoria aprieta a estas alturas del curso, pero aún no ahoga. En esas está Luis Carrión para tratar de aportar dosis de buen fútbol al jaleo montado desde su llegada. Pero hay una fórmula que funciona mejor que una propuesta bonita: los resultados. Cayó en su estreno el Oviedo de Carrión (0-2 ante el Espanyol) y el incendio avivó sus llamas. Viaja ahora el equipo a tierras catalanas a por tres puntos de cortafuegos. Lo hará el Oviedo tratando de avanzar en el nuevo estilo.
Ante el Espanyol se vieron muchos de los defectos ya constatados esta temporada (sobre todo, poca capacidad ofensiva y muchas llegadas concedidas), pero también algunos síntomas de por dónde pueden ir los tiros. Por ejemplo, contra el Espanyol el Oviedo batió su récord de posesión de la temporada, con un 60,9% de la pelota. La media con Paunovic había sido hasta su destitución del 40,3%, aunque en parte condicionada por enfrentarse a rivales de la entidad de Real Madrid, Barcelona y Villarreal. Pero sí que la experiencia amarga contra los de Manolo muestra el camino que ahora tratará de transitar este Oviedo. La decisión de Carrión, entre el 4-2-3-1 y el dibujo con dos delanteros, puede ser indicativa de lo que quiere el catalán.
Para el Girona la situación también es de urgencias, pero con confianza plena, o al menos eso parece, en el líder del banquillo, un Míchel que encara su quinta campaña con los catalanes. Lo hace, y esto sí llama la atención, con el Girona menos reconocible desde que asumiera el cargo. Tiene problemas atrás el conjunto gerundense (con 19 goles en contra es el más goleado) y no parece funcionar arriba (6 tantos, solo lleva menos el Oviedo) pero lo que más llama la atención es que tampoco se impone con la pelota.
Las cifras
Los datos de posesión de los de Míchel son del 43,5% esta campaña. Muy bajo si se contextualiza con el resto de temporadas en Primera con el vallecano a los mandos: 50,9% en la 22/23, 57,1% en la 23/24 y 56,1% en la 24/25.
Así están las cosas para los dos contendientes, en un duelo que ambos encaran con urgencias. Un Girona contra su propia naturaleza y un Oviedo que aún busca la suya, último y penúltimo, ponen sus miedos en juego en Montilivi.
